viernes, 4 de diciembre de 2015

Concepto y Frutos del Optimismo Inteligente

Concepto y Frutos del Optimismo Inteligente



Es doloroso saber del gran porcentaje de individuos, que califican al optimismo como por algo extraño. Ven sonreír a un adulto y todo mundo voltea a clavarle una mirada inquisidora. Como si sus ojos quisieran transmitir adultez como sinónimo de un individuo maduro y realista. Como si un adulto no tuviera que sonreír, porque si lo  hace, significaría que es una persona emocionalmente inmadura, despreocupada, acaso insosteniblemente soñadora. Cierta vez, al finalizar un curso de verano, en presencia de quien sería mi futura esposa, una profesora conservadora al iniciar una conversación dijo: “usted  es soltero, es seguro, porque se  le ve alegre.” El matrimonio no detuvo mi observación optimista de la vida. Es cuando más optimista uno tiene que ser. Sin esperar a unos resultados satisfactorios de las cosas para recién expresar mi optimismo.

Optimismo Inteligente es Observación Consciente
Entendamos claramente sobre el optimismo inteligente como la habilidad de encontrar y visualizar aspectos positivos de circunstancias pasadas, presentes y futuras, las mismas que habilitan al ser humano para desempeñarse efectivamente en sus relaciones, observaciones y actos. Aquí está la esencia de un optimismo inteligente, no la de aquella en la que solo pienso, sino uno con una combinación de sentimiento positivo, e indispensablemente con una capacidad para captar los elementos que me orienten a un resultado satisfactorio. Evaluemos, optimismo inteligente es más que pensamiento y sentimiento. No pensar por pensar,  ni sentir por sentir. Responde a un conocimiento de las potencialidades del ser. En el que cada uno puede despertar un talento, en el que cada persona tiene un potencial para ser. En el que cada uno tiene un poder personal para ejecutar actividades con una libertad responsable, multiplicadora. El optimismo inteligente es conocimiento en acción. Principalmente porque es una fuerza, un estilo de vida, que aumenta la calidad del vivir. Un estilo sustentado por las libres decisiones que representan el poder de permitirnos acceder a lo verdaderamente apasionante en la vida. Un optimismo capaz de realimentarse. Uno capaz de convertirse en capital de un banco emocional. De donde poder hacer retiros para una inversión en tiempos de abundancia y en los de sequía.  Hasta el más optimista puede tener sus días insalubres, sin  sal en la vida. Aquí ingresa justamente aquel cajero automático a funcionar. Haga el retiro necesario. Y continúe invirtiendo en el mercado. Hoy, la ciencia está confirmando los grandes beneficios de un auténtico sentir optimista. La inmunoglobina  A, que ayuda a reforzar nuestras defensas, es producida en mayor cantidad por las personas que más sonríen, que las que no.   Las conclusiones de un estudio de treinta años con más de 800 pacientes,  en la Clínica Mayo de Minnesota, EE.UU, revelan que el optimismo beneficia a la  salud integral y el bienestar general. Los científicos advirtieron  que los pacientes más optimistas gozaban de  una mejor salud. Además, encontraron  que los grupos de optimistas eran capaces de controlar el estrés en sus vidas y eran menos propensos a la depresión.  El optimismo inteligente no es un fin, es más bien una señal, no es un segregacionista seleccionador de las circunstancias de la vida; sino un espejo donde la realidad puede ser vista tal cual, con sus detalles e imperfecciones.

Colaboración de: Carlos de la Rosa Vidal

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